MULTIPLICAR ES LA TAREA

martes, 1 de febrero de 2011

DECLARACIÓN DE LA JUVENTUD DEL CABILDO ABIERTO

Cuando iniciamos con los Cabildos Abiertos teníamos la consigna de “recuperar la ciudad”. En aquel tiempo, aquella consiga era una especie de grito de batalla, algo que deseabamos desde lo más profundo de nuestras convicciones pero que distaba de la realidad política que se nos imponía. El peronismo venía de una pésima elección, encabezada por un candidato no peronista, dejandonos como consecuencia un gran desanimo junto con una gran desmovilización de los militantes. Hoy, casi un año después, podemos decir que aquella consigna de “recuperar la ciudad” dejó de ser algo utópico o un mero deseo, sino que existen posibilidades reales de ser el próximo gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Ya no llegaremos sin candidato propio a la próxima elección, pues hoy tenemos tres, de los cuales uno es netamente peronista y porteño. Ese uno es Carlos Tomada, quien lleva ya más de 7 años como Ministro del gobierno Nacional y Popular. Se ha destacado en su gestión al frente del Ministerio de Trabajo siendo uno de los ministros con más antigüedad debido al éxito que ha tenido. Como dijo el mismo una vez “cuando entré al ministerio negociaba bolsones de comida con gente que no tenía absolutamente nada, hoy estoy negociando la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas”.

Indudables son sus capacidades de gestión como también lo es su capacidad política y su sensibilidad militante. Carlos Tomada, nos ha sorprendido a todos los militantes siendo el mismo el primero de todos nosotros. Lo hemos visto en su trato con la gente, como se ha sentado a escuchar los debates que la gente llevaba adelante en los “Cabildos”, como ha pintado murales juntos a nosotros, como ha recibido a los estudiantes, a los centros de jubilados, a los clubes de barrio etc.

Nosotros, los militantes peronistas de la ciudad, queremos brindar nuestro apoyo a la pre candidatura de Carlos Tomada para Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Porque creemos que nunca se ha ganado ninguna batalla con Generales que se guardan en la trinchera en los peores momentos, creemos que las batallas se ganan con generales que inspiran a las tropas, que generan admiración y compromiso. Y la única manera de generar eso es yendo al frente del batallón como la hecho Carlos. Por eso es que, como se viene diciendo en los pasillos, Tomada es el candidato de la militancia. Porque nosotros los militantes, que creemos en la causa de nuestro ausente líder, queremos brindarle a la Ciudad de Buenos Aires el mejor de nosotros. Alguien que sabemos que va a transformar esta ciudad en una ciudad con más equidad. Y el mejor es Carlos Tomada, de ahí que sea nuestro candidato. Y el candidato de la militancia es el candidato de todos.

lunes, 31 de enero de 2011

CON CRISTINA HAY DIGNIDAD

Hola cumpas, que tal? El país le va barbaro
sino miren esta nota de la revista veintitres.
http://www.elargentino.com/nota-123929-medios-120-Derecho-al-descanso.html
Bueno aprovecho para contarles que todos los lunes hay reunion en la unidad basica, sita en larralde y vuelta de obligado. A las 20:00 hs.
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE

lunes, 24 de enero de 2011

LOS DINOSAURIOS VAN A DESAPARECER

MurióCristino Nicolaides. Nicolaides nació en Córdoba en 1925. Integró la Junta de Comandantes que asumió el poder a medida que se despedazaba la dictadura. Fue quien ungió a Reynaldo Bignone para presidir la última etapa del “proceso”, y a quien se lo recuerda entre los autores del llamado “Documento Final sobre la Lucha contra la Subversión y el Terrorismo”, que declaró muertos a los desaparecidos, y por el que estuvo acusado en la causa de Abuelas. Escapó del Juicio a las Juntas de 1985 por un acuerdo negociado por las Fuerzas Armadas con el ex presidente Raúl Alfonsín. De esa manera se le concedió una especie de autoamnistía por la que ni él ni los miembros de la última Junta fueron juzgados. Antes emitió la orden de quemar los documentos de la represión, impartida en noviembre de 1983 por el Estado Mayor General del Ejército para destruir las pruebas antes de la apertura democrática, otra de las acusaciones por las que iba a ser juzgado en la causa por el Plan Sistemático. Desde la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, el subsecretario Luis Alén recordaba anoche una de sus frases más célebres: “El marxismo viene persiguiendo a la humanidad desde quinientos años antes de Cristo”.

A lo largo de los últimos años, el deterioro del estado de salud se convirtió en uno de sus mejores salvoconductos. No sólo lo salvó ahora de quedar incluido en el juicio oral que empieza el próximo 28 de febrero en la causa impulsada por Abuelas de Plaza de Mayo. Sucedió lo mismo en Corrientes y con la causa por la masacre de Margarita Belén en el Chaco. “De la Brigada que él comandaba salió la orden de traslado de los que terminaron siendo fusilados ese 13 de diciembre de 1976, con el nombre de ‘Operativo Rojo’”, recordó anoche el fiscal general Jorge Auat, enrolado entre quienes batallaron por conseguir primero quitarle el beneficio del indulto que había conseguido Nicolaides y entre quienes una vez que lo consiguieron tuvieron que escuchar, luego, que eran las razones de salud las que impedían procesarlo y habilitaron una vía para separarlo de la causa.

En 2007 esas mismas razones de salud le permitieron no estar presente en la sala de audiencias de los Tribunales porteños para escuchar lo que finalmente fue su primera y única condena a 25 años de prisión por el secuestro y la desaparición de integrantes de la organización Montoneros, que volvieron al país enrolados en lo que se llamó la Contraofensiva. Entre ellos estaba Ricardo Marcos Zucker, el hijo del actor Marcos Zucker, secuestrado en febrero de 1980. En 1997, el sargento Nelson Ramón González –ex miembro de un grupo de tareas– dijo en un reportaje de televisión que el propio Nicolaides ordenó fusilarlo en el polígono de tiro de Campo de Mayo. Durante el juicio, se supo que además ordenó el fusilamiento de otras dos personas que luego fueron incineradas entre neumáticos. El juicio fue llevado adelante por Ariel Lijo, y ese fue el primer juicio contra los jefes de la dictadura militar tras la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.

Es en ese sentido que Luis Alén decide hacer un subrayado: “Se murió condenado”, dice. “Y pese a esa condena –sigue– él ya tenía además una condena ética y moral de parte de la sociedad, y eso es para destacar.”

Bien muerto e stas

A lo largo de los últimos años, el deterioro del estado de salud se convirtió en uno de sus mejores salvoconductos. No sólo lo salvó ahora de quedar incluido en el juicio oral que empieza el próximo 28 de febrero en la causa impulsada por Abuelas de Plaza de Mayo. Sucedió lo mismo en Corrientes y con la causa por la masacre de Margarita Belén en el Chaco. “De la Brigada que él comandaba salió la orden de traslado de los que terminaron siendo fusilados ese 13 de diciembre de 1976, con el nombre de ‘Operativo Rojo’”, recordó anoche el fiscal general Jorge Auat, enrolado entre quienes batallaron por conseguir primero quitarle el beneficio del indulto que había conseguido Nicolaides y entre quienes una vez que lo consiguieron tuvieron que escuchar, luego, que eran las razones de salud las que impedían procesarlo y habilitaron una vía para separarlo de la causa.

En 2007 esas mismas razones de salud le permitieron no estar presente en la sala de audiencias de los Tribunales porteños para escuchar lo que finalmente fue su primera y única condena a 25 años de prisión por el secuestro y la desaparición de integrantes de la organización Montoneros, que volvieron al país enrolados en lo que se llamó la Contraofensiva. Entre ellos estaba Ricardo Marcos Zucker, el hijo del actor Marcos Zucker, secuestrado en febrero de 1980. En 1997, el sargento Nelson Ramón González –ex miembro de un grupo de tareas– dijo en un reportaje de televisión que el propio Nicolaides ordenó fusilarlo en el polígono de tiro de Campo de Mayo. Durante el juicio, se supo que además ordenó el fusilamiento de otras dos personas que luego fueron incineradas entre neumáticos. El juicio fue llevado adelante por Ariel Lijo, y ese fue el primer juicio contra los jefes de la dictadura militar tras la derogación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final.

Es en ese sentido que Luis Alén decide hacer un subrayado: “Se murió condenado”, dice. “Y pese a esa condena –sigue– él ya tenía además una condena ética y moral de parte de la sociedad, y eso es para destacar.”